miércoles, marzo 22, 2006

Doctor...

Image hosting by Photobucket


Sí, sí, ya sé que a mi regreso del océano esperaban otro tipo de mensaje… y créanme que lo siento pero hay prioridades y prioridades. Vamos a ver, vamos a ver, no nos pongamos nerviosos. Un poco de calma, respira hondo, Sutpen, respira hondo… … ¿Pueden creer… (imaginar incluso) que no acabo de volver y me encuentro con que el Dr. House ha aceptado la dimisión de Cameron? ¡Mi Cameron! Y no, no eso no puede ser posible… me niego a admitir tal cosa. Me niego a admitir que no volveré a ver a mi amada Cameron. Para que luego haya quien me acuse de ser un maldito trozo de hielo incapaz de enamorarme mas que de libros, caballos y barcos… Joder, House, ¿no podías haber despedido al tibio doctorcito rubito de la melenita (nótense los diminutivos en tono despectivo)?

Aunque yo que conozco bien al Dr. House (queda terminantemente prohibido preguntar cómo ni por qué lo conozco ni en que restaurante hemos comido juntos) sé que le dolió –tanto o más que a mi- tener que aceptar su dimisión… Y sé que ella volverá. A pesar de que, conociendo como conozco al Dr. House, no podría en ningún caso asegurar que ambos acabarán juntos… No. Eso no. Porque lo conozco.

(Jodido martes aquel en el que tras comprobar como cada día que había un sol radiante sobre el mapa de Murcia se me ocurrió cambiar de canal en lugar de apagar la televisión como cada noche… Sí, Doctor… lo admito: soy Houseadicto.)

.