miércoles, junio 30, 2004

To be by your side






Debe ser el calor viscoso que veo derramarse al otro lado del cristal de la ventana. Debe ser la luz tamizada de la tarde filtrándose a través de las estrechas hendiduras de la persiana baja. Debe ser este zumo de naranja con hielo que bebo a sorbos cortos, demorándolo lo justo en la lengua para que frío y sabor desaparezcan garganta abajo despojados ya de sentido. O debe ser este delicioso libro de poemas de Milosz que N. me regaló esta mañana sin motivo alguno. “No está en la mano de todos convertir un día normal de una persona en otro especial, distinto, único”, escribió en la primera página con esa letra infantil, sin aristas y ligeramente soplada hacia la derecha que tanto me gusta.

Sí, definitivamente fue su “dádiva”… sin lugar a dudas… lo que me ha convertido hoy en otro: como si me hubieran acariciado el lomo…

DÁDIVA

Un día muy feliz.
La niebla se levantó pronto, trabajé en el jardín.
Los colibríes se demoraban sobre las madreselvas.
No había cosa en la tierra que yo deseara poseer.
Sabía que no merecía la pena que envidiase a nadie.
Cualquier mal que hubiera sufrido, lo olvidé.
Pensar que una vez fui el mismo hombre no me molestaba.
En el cuerpo no sentía dolor.
Cuando me estiré vi el mar azul y velas.

CZESLAW MILOSZ


Siempre me gustó este poema… me relaja… redime mis muchos pecados. “Me hace bien”, que hubiera dicho mi abuela…

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