jueves, enero 12, 2012

Hanoi



Será uno de los recuerdos que conservaré para el instante previo a mi muerte: la ensoñación de aquellos ojos rasgados mientras mi cuerpo, entre sus dedos, asciende ingrávido a un paraíso cercano entre volutas de incienso y aceites de hierbas aromáticas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Queda mucho, mucho tiempo para la muerte.

S.

Anónimo dijo...

bien...vivo,al final.
ya era tiempo de haber un cambio en este lugar :)

Anónimo dijo...

Bueno, parece que hay vida después del terremoto, de lo cual me alegro. No te rindas.
Un beso
Lara

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