“Si por ventura, aunque lo dudo, alguien preguntara por mi, decidle que me he ido a recorrer la vasta llanura del mar hinchando las velas con mis gemidos acongojados.”
En los atardeceres azules de verano iré por los senderos, picoteado por el trigo, a pisar la hierba menuda: soñador, sentiré su frescura bajo mis pies. Dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda.
No hablaré ni pensaré nada, pero el amor infinito ascenderá en mi alma, e iré lejos, muy lejos, igual que un bohemio, por la Naturaleza, feliz como junto a una mujer.
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